domingo, 6 de enero de 2013

Futuro cercano

Los muros de la riqueza
esconden llantos y dolor.
Las calles están desiertas,
se teme a la luz del sol.

El rojo de los inocentes
es un río camino al mar.
Pagan justos por pecadores,
y no existe la libertad.

Los bosques ya son cenizas,
Irlanda no existe ya.
Las ballenas son sólo historia,
y es lodo el agua del mar.

La codicia ha arrasado en la India,
ya sólo hay cucarachas en Irak.
En Japón ya nadie respira
y no quedan hindúes ya.

Un buitre se asoma y vigila:
un perro muere en un peldaño.
La peste se expande por las calles;
la limpieza es ya cosa de antaño.

Los ricos nos han robado,
con mentiras nos han cegado,
y un hombre se concede lujazos
en la Ciudad del Vaticano.

Desvelar mi nombre no debo
tras mostrar mi indignación,
pues ahora me persigue
una nueva Inquisición.

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