miércoles, 26 de octubre de 2016

Declaración de ateísmo - La fe se pierde a golpes

¿Qué hacía el Señor
cuando me acosaban,
cuando me agredían,
cuando me humillaban,
cuando se reían?

¿Dónde estaba Dios
cuando yo temía
en la noche clara
que llegara el día
y me despertara?

¿Qué fue del Señor
cuando le rezaba,
cuando le pedía,
cuando le rogaba,
cuando le inquiría,
y él no me ayudaba
ni me protegía?

Si estuviera en Ruanda,
si se fuera a Siria,
si anduviera en Zambia
o allá en Palestina,
ya no me importaba,
no me quejaría.

Pero, ¿qué hay de Dios
cuando donde hay muerte
se requiere vida
y quiere morirse
quien puede vivirla?