martes, 27 de noviembre de 2012

Soledad

Lloraré a la luna los errores de toda mi vida.
Desde las rocas ahogaré todas mis penas en el mar.
Y cuando al fin un día me llame la tierra, 
acudiré a su llamar sin esperar.

Yo no querré ningún entierro ni ninguna vela,
¿Acaso habrá alguien que me quiera llorar?
Porque a pesar de todo lo que decir quieran,
a mí me dejaron en absoluta soledad.

Me quedan el rencor y la desesperanza, 
así como el dolor y el deseo de venganza.
 A mí no me han de enterrar ni tampoco incinerar;
tan sólo han de tirar mi cuerpo al mar.

Ahora ya no creo en el amor ni en la amistad,
como ya no creo en la luz ni en su supuesta "bondad".
Y de entre las sombras, de la absoluta obscuridad,
ya no emergerá ningún rayo de esperanza.       

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