con corazón de cristal.
Sus ojos un par de perlas
y su alma en mi pulgar.
Tiene los hilos de seda,
tiene huesos de verdad.
No tiene labios ni lengua,
sólo hace mi voluntad.
Una linda marioneta
he aprendido a manejar.
Su cabeza es de madera,
pues ya no sabe pensar.
Sus ropas de finas telas
son de buena calidad,
telas de colores llenas
y falta de voluntad.