La niña miró al gigante a los ojos:
El vacío era blanco, y negro y cian,
y de todos los colores y ninguno.
-- Yo soy eterno –dijo,-- porque del
tiempo soy guardián.
-- ¿El alma existe? –dijo ella.
-- Hay preguntas que no he de contestar.
-- ¿Pero puedes? --Puedo todo…
--Pues hazlo. –Y destruir la Eternidad…
-- ¿No debo saberlo? --Puedes.
-- ¿Cómo lo haré? --Con tu propia verdad.
La niña miró al gigante a los ojos:
Y vio en sus ojos los suyos, y entonces
vio su verdad…
Y en su viaje por el Universo
la niña volvió a viajar...
Pensando en la mirada triste
y solitaria del guardián.