lunes, 8 de abril de 2013

Detalles de lo despreciable que todo el mundo desprecia.

El verdadero amor no depende del aspecto,
y si de él depende, tal cosa no es amor.
No son tan sólo clérigos todos los solteros,
como no está casado hasta el último primor.

La belleza es sexista, y difunde el terror.
Igual que en pasarela, sólo llevas color.
¿A qué llamas belleza? Deformes ellas son.
Les faltan las mejillas, sus pechos falsos son.

¿La magia del momento? ¡Olvídelo, señor!
Si son huesos y pellejo... ¡Por favor, qué horror!
Su piel, enferma, grita; maquillaje es su prisión.
Por este infierno dejan todo: familia y amor.